19 Dic No vale cualquiera
Un título tan genérico podría hacer referencia a cualquier aspecto de la realidad que nos rodea. En este breve artículo me referiré a los instrumentos derivados financieros, más concretamente a aquellos que están listados en los principales mercados regulados.
Ante el aluvión regulatorio que se avecina con la inminente implantación de MiFID II, la necesidad de los diferentes actores de los mercados financieros por tener la seguridad de que cada contrapartida es estrictamente cumplidora de las nuevas reglas del juego, invalida no sólo a los menos escrupulosos, sino simplemente a aquellos que no tienen la tecnología precisa. Tener una puerta de acceso segura a futuros y opciones listadas es ahora, más que nunca, imprescindible. Cada vez son menos los proveedores de estos servicios, y la calidad de estos no es homogénea. La precisión y puntualidad en el reporte no está al alcance de todos. Ya estamos viendo cómo algunos de estos sencillamente abandonan el negocio por su incapacidad para dar respuesta a estas nuevas demandas de los clientes. Y una vez fuera, el regreso a la actividad es simplemente una utopía.
Otro aspecto que ha evolucionado vertiginosamente en los últimos años, como no podía ser de otro modo por el paralelismo con casi cualquier otro sector, es el tecnológico. De un lado, la deslocalización de los accesos nos permite ahora operar desde el rincón más recóndito del planeta. De otro, hoy en día un particular puede ya abrirse una cuenta desde su móvil, y en unos minutos estar vendiendo futuros de Nikkei, de divisas o de gasoil. Un futuro financiero ya no es generalmente visto como un complejo o incluso exótico instrumento, reservado para los sesudos profesionales.
Pero cuando observamos el comportamiento del cliente institucional, comprobamos que requiere todavía mayor sofisticación. No le basta con tener acceso más o menos inmediato. Eso ya viene existiendo desde hace tiempo. Ahora sus órdenes son cada vez más complejas: medias ajustadas por el volumen total negociado en el producto en cuestión, órdenes que al ejecutarse cancelan otras, u órdenes stop que generan nuevas órdenes, son sólo algunos ejemplos de esta evolución en la gestión que observamos cada día son más frecuentes. Para poder dar respuesta a esta sofisticación en la gestión de las órdenes, es indispensable realizar una considerable inversión en sistemas que den puntual respuesta a esta nueva demanda. Y para obtener una ejecución profesional, no vale cualquiera.
Con frecuencia los clientes me preguntan cómo es posible que haya productos cuya iliquidez en la pantalla es evidente, y que luego aparecen a final de cada sesión con enormes volúmenes negociados, y con posiciones abiertas de considerable tamaño también. La explicación no es otra que la liquidez de ciertos derivados, especialmente las opciones, rara vez se refleja en los precios de las pantallas. Nos gusta llamarlo “lo que el ojo no ve”. Existen multitud de contrapartidas que no participan de la iliquidez de las pantallas, y que, sin embargo, son intensamente activos en el mercado gris o interbancario. Cuando uno de nuestros clientes requiere tomar una posición, por ejemplo, en opciones sobre el índice IBEX 35, si mira los datos que aparecen el Bloomberg, con frecuencia sus expectativas en cuanto a precios o volúmenes pueden incluso inclinarle a desestimar esa operativa por su justificada aversión a los productos ilíquidos. Es entonces cuando la figura del bróker adquiere relevancia y desempeña un papel fundamental en la función de casación de cada operación. Esa figura que, sin incurrir en conflicto de interés alguno por no poder tener posición propia, se afana por obtener esa liquidez que aparentemente no existe, pero que es posible encontrar. De este modo, una vez completado el proceso de búsqueda de liquidez entre todas las potenciales contrapartidas interesadas, se puedan mostrar horquillas de precios mucho más estrechas que las que muestran las pantallas, y para volúmenes de miles de contratos. Conocer a las mejores contrapartidas requiere años de confianza y colaboración. Y poder presumir de carecer del conflicto de interés al no poder tener posición en el subyacente demandado por el cliente, permite al bróker garantizar el cumplimiento de las exigentes políticas de mejor ejecución. Y, una vez más, para tener acceso a esos participantes que proveen de precios y volúmenes acordes con las demandas del cliente institucional, no vale cualquiera.
Altura Markets es el primer bróker en ejecución y liquidación de España en MEFF y EUREX, según datos de las propias cámaras
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- No vale cualquiera - diciembre 19, 2017