Una larga singladura – 25 aniversario

Como fundador y presidente de Acacia Inversión desde su nacimiento, recae en mí la tarea de celebrar los 25 años de la compañía. Tarea que asumo con enorme satisfacción en este ejercicio de echar la vista atrás.

Bilbaínos de nacimiento y ya que Bilbao es puerto de mar gracias a la ría, me viene a la cabeza la idea de que es un buen símil para rememorar nuestra historia y presente, imaginarnos en una navegación en la que Acacia Inversión es la embarcación y los mercados financieros los mares procelosos a surcar.

Las embarcaciones clásicas debían su solidez y resistencia a la calidad y colocación de sus cuadernas.

De igual modo, Acacia Inversión obtiene su fortaleza de los principios que sostienen su actuación: en primer lugar honestidad, personal y colectiva de todos sus miembros, cercanía con quienes han decidido compartir con nosotros  su recorrido en el mundo de las inversiones financieras, prudencia a la hora de elegir la ruta entre las distintas opciones de inversión, independencia, no estando subordinados a los intereses y propuestas de terceros armadores o capitanes, pensando exclusivamente en el bienestar de los viajeros, y finalmente, priorización del interés de los pasajeros, nuestros clientes, en la toma de todas las decisiones tanto de orden interno como de inversión.

Para navegar correctamente toda embarcación ha de tener una buena tripulación, nuestro equipo compuesto por profesionales preparados técnicamente, cohesionados por compartir los principios y objetivos de la compañía y motivados por el deseo de atender a las necesidades de los pasajeros-clientes. En todos estos años han venido incorporándose a nuestro barco personas con ilusión y ganas de ayudar y progresar. Algunos han crecido profesionalmente con nosotros y naturalmente en algún momento y por diferentes circunstancias, han optado por cambiar de aires, generalmente a otras reputadas compañías de nuestro sector. Nos alegra comprobar que Acacia Inversión es una buena escuela de formación para profesionales solventes.  Todos han dejado un grato recuerdo en tripulación y pasajeros, entre otros, Evaristo Churruca, Jon Aresti, Raúl Gómez, Arantza Fernández, Iñaki Arcocha, Alayn Cimadevilla… Nuestro agradecimiento a todos ellos.

Otros permanecen casi desde el principio, como nuestra directora administrativa Marimar González, que fija los números y papeles con precisión. Y los que se han ido incorporando estos últimos años de crecimiento y apertura a nuevos pasajeros-clientes. Miguel Roqueiro, Germán García, Mónica Mendieta, Josu Naveda, Mikel Ochagavia, Ander Arcaraz, Alicia Arsuaga, Carlos Ortiz, Josechu Martinez y Nerea Aguirre, todos ellos con su bagaje técnico y su buen hacer como personas motivadas. Gracias a ellos también por elegir este proyecto y hacerlo posible.

Y qué decir de los pasajeros-clientes. Al principio eran unos pocos industriales valientes que buscaban una embarcación más ágil y personalizada que los grandes paquebotes de la inversión tradicional. Su inquietud y su confianza permitieron que naciera Acacia Inversión en 1997. Más adelante, los más cercanos al presidente-capitán, satisfechos con el rumbo y marcha establecidos, quisieron comprometerse personalmente con el proyecto y se incorporaron al accionariado de la compañía, consolidando así otro de nuestros principios clave, la Coinversión. Podemos decir con orgullo que la gran mayoría de las personas que en estos años de comienzo de la singladura se subieron al barco de Acacia Inversión, permanecen con nosotros a día de hoy.

Los últimos años de navegación han supuesto un gran cambio para Acacia Inversión. Receptivos a los nuevos vientos regulatorios y sociales que soplaban, hemos centrado nuestra ruta en la herramienta más eficiente entre los productos de inversión, los fondos en sus diferentes modalidades, descartando las Sicavs desde 2016, adelantándonos así a la liquidación forzosa que la mayoría de ellas están sufriendo este año. Con ello, y gracias a los buenos resultados cosechados históricamente, el pasaje de clientes que se han subido al barco de Acacia Inversión ha aumentado significativamente. Todos son bienvenidos y tratados por la tripulación con la misma dedicación que aquellos que nos acompañan desde que zarpamos.

Nos falta referirnos a un último elemento indispensable para lograr una buena navegación: los instrumentos de guía. Sin ellos resultaría muy difícil trazar un rumbo seguro. Desde el inicio de nuestra travesía nos hemos cuidado de disponer de los mejores medios técnicos para ayudarnos en la toma de decisiones adecuadas para enfrentarnos a los retos de los mercados y poder dar pleno cumplimiento a las crecientes exigencias regulatorias.

En fin, gracias a los anteriores mimbres hemos conseguido sortear sin naufragios ni grandes desperfectos los innumerables temporales e incluso maremotos financieros que nos han traído estos veinticinco años, empezando por la crisis de los bonos rusos del 98 y terminando por la guerra de Ucrania, con la inflación y subida de tipos de interés que nos ha traído. Y entre ese puerto de partida y el presente, el subidón de las puntocom del 2000 y su consiguiente hundimiento, las torres gemelas del 2001, la gran crisis financiera desatada por la quiebra de Lehman Brothers en 2007, la crisis del euro del 2012, la crisis de crecimiento chino del 2015, el brexit, la pandemia del 2020, etc. No ha sido una singladura fácil, pero aquí seguimos, fuertes y saludables dispuestos a afrontar con optimismo los siguientes 25 años de travesía.

Todos estamos en el mismo barco, armador, capitán, tripulación, pasajeros. Comunión de intereses y de rumbo, consecuencia de la vigencia de nuestro principio de Coinversión: la garantía y tranquilidad que supone saber que el dinero de unos y otros viaja conjuntamente. Solo lo que es bueno para nosotros es bueno para nuestros clientes.

Próximamente nos encontraremos en la Filarmónica de Bilbao para celebrar la efeméride.  Tal vez por eso, ya en modo celebración, me vienen a la cabeza dos melodías con las que nos identificamos: My way de Frank Sinatra y Cantares (Caminante no hay camino) de Juan Manuel Serrat inspirada en Antonio Machado. Os las dedico.

Muchas gracias a tripulación, pasajeros y socios por estos 25 años de viaje.