El nuevo paradigma de alta inflación, alta volatilidad y alto riesgo ➤
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El nuevo paradigma de alta inflación, alta volatilidad y alto riesgo

El nuevo paradigma de alta inflación, alta volatilidad y alto riesgo

Nota de Acacia: En este artículo contamos con la perspectiva de Diego Parrilla de Quadriga Asset Managers acerca de cómo ve el entorno macroeconómico y las consecuencias de las políticas fiscales y monetarias.

La economía y los mercados globales han entrado en una nueva etapa, un nuevo paradigma, dominado por altos niveles de inflación, alta volatilidad, y alto riesgo, imagen de espejo de la etapa anterior, dominada por niveles de inflación, volatilidad y riesgos artificialmente bajos.

La nueva etapa pone en evidencia creencias falsas que han dominado los mercados globales, como por ejemplo la creencia de que los problemas se pueden resolver a través de políticas monetarias y fiscales sin límites, es decir, imprimiendo dinero y aumentando la deuda ad infinitum.

El problema es que las políticas monetarias y fiscales sin límites no resuelven los problemas, sino que los difieren, transfieren, transforman, y agrandan, a menudo hasta pasado el punto de no retorno, que puede llevar a una espiral prácticamente imposible de contener.

Las políticas monetarias y fiscales difieren los problemas dando una “patada a la lata” que crea un conflicto intergeneracional. Como diría Mike Tyson, “todo el mundo tiene un plan, hasta que te dan un puñetazo en la cara”. Así, los Bancos Centrales y los Gobiernos cada vez que se enfrentan a un problema fuerte tienden a la misma solución, imprimir dinero y aumentar la deuda.

Las políticas monetarias y fiscales transfieren los problemas a través de guerras de divisas (”currency wars”) y guerras comerciales (“trade wars”). La guerra de divisas busca devaluaciones competitivas que atraen inversión, empleo, tecnología, a costa de posibles burbujas e inflación. Para defenderse de los ataques, los países agredidos buscan defenderse a través de políticas monetarias, como fue el caso de Europa con el “whatever it takes” de Mario Draghi, que llevó a Europa a imponer tipos nominales negativos, algo que nunca hubiera pasado si la Reserva Federal de los Estados Unidos hubiera tenido tipos positivos. Por otro lado, el proteccionismo es un mecanismo de defensa a través del cual “si devalúas tu moneda un 20%, te impongo aranceles de un 20%”, por lo que básicamente neutralizan las devaluaciones competitivas y demuestran que no se resuelven los problemas.

Las políticas monetarias y fiscales transforman los problemas en inflación, que entre otros efectos extremadamente peligrosos, pueden dar lugar a desigualdad, tensiones sociales, populismo, e incluso guerras, todos ellos efectos secundarios y predecibles de los abusos monetarios y fiscales.

Por último, las políticas monetarias y fiscales agrandan los problemas en forma de burbujas y grandes desequilibrios que pueden dar lugar a riesgos sistémicos. No se trata, por tanto, de un “suma cero” sino de un proceso destructivo, como bien saben los países que han liderado los abusos monetarios y fiscales, como Argentina o Venezuela, y como quizás sabrán pronto otros países desarrollados, como Japón, atrapados en burbujas crediticias.

Tras décadas de abuso monetario y fiscal, agravados por los excesos de la crisis del Covid, los Bancos Centrales y Gobiernos se enfrentan a la misión casi imposible de contener la inflación y la posible implosión de las burbujas, ambos problemas que ellos han creado.

La creencia generalizada de los mercados es que las fuertes subidas de tipos de interés y la desaceleración de la economía serán capaces de contener el problema de la inflación. Mi visión es más pesimista y la respuesta de los Bancos Centrales y Gobiernos ante los problemas que estamos afrontando y se avecinan serán más dinero impreso y más deuda, no menos.

Veamos por ejemplo el problema de los Bancos Regionales Americanos. Un problema que parece a primera vista idiosincrático, y que en los últimos meses ha creado tres de las cinco mayores bancarrotas de la historia en la banca americana. ¿La respuesta de la Reserva Federal y el Gobierno? Cambiar las reglas y garantizar los depósitos de todos los bancos, básicamente imprimiendo dinero y aumentando la deuda, la fórmula mágica de siempre.

Otro ejemplo es la reciente crisis energética europea resultado de la guerra en Ucrania. Los Bancos Centrales no pueden imprimir petróleo o gas natural, pero pueden imprimir euros para subsidiarlos. Y así, una y otra vez, se difiere, transfiere y transforma un problema, en este caso diluyendo el problema a base de inflación y devaluaciones.

Otro ejemplo es el Yield Curve Control (“YCC”), el sucesor del Quantitative Easing (“QE”), mecanismo por el cual los Bancos Centrales convierten un problema de crédito (la deuda soberana de Japón al 300% del PIB es insostenible a niveles de tipos de interés de mercado, lo que obliga al Gobierno a sostener los tipos a niveles artificialmente bajos a través de impresión de dinero y préstamos al Gobierno) en un proceso inflacionista que resulta en una espiral de devaluaciones del Yen.

Algo parecido está pasando en Europa con la introducción del “Anti-Fragmentation Tool” por el cual el Banco Central Europeo se prepara para intervenir el Bono español o italiano en caso de ataque y subida de tipos de interés.

Entre tanto, la economía europea crece a un +0.1% y la inflación oficial sube un +7.5%, una situación que está creando confusión ya que algunos partícipes interpretan el crecimiento nominal como algo positivo, sin darse cuenta de que en términos reales (ajustados por la inflación) el crecimiento es altamente negativo. Teniendo en cuenta que la inflación real es en nuestra opinión, por lo menos el doble que la oficial, el problema es notablemente mayor, y tiene un efecto compuesto exponencial.

Es por ello que creemos que la aparente solidez del crecimiento oculta una preocupante fragilidad del sistema y el riesgo de inflación estructuralmente alta, dentro de un marco de volatilidad elevada. Por ello recomendamos carteras equilibradas con sesgo alcista tanto a la volatilidad como a la inflación.

 


 

Con la sección “Porque no sabemos de todo” buscamos ofrecerles otras opiniones, las de grandes profesionales del sector de la inversión. Acacia Inversión se enorgullece de contar con las aportaciones de nuestros invitados y está muy agradecida por su colaboración, aunque debemos advertir que las opiniones que ellos expresan en sus artículos pueden no coincidir necesariamente con las de nuestro equipo. Algo que, en todo caso, es un motivo más de satisfacción pues muestra la absoluta libertad que queremos ofrecer a los invitados, en beneficio de nuestros clientes.

Diego Parrilla
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