El petróleo y su inquietante curva de futuros ➤ Análisis macro
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El petróleo y su inquietante curva de futuros: análisis de un mercado clave para la inflación

El petróleo y su inquietante curva de futuros: análisis de un mercado clave para la inflación

Este post iba a ser un Gráfico del Mes, nuestra columna mensual en Acacia Inversión, donde analizamos temas financieros a través de gráficos que cuentan historias.

Es la segunda vez que publico con este párrafo introductorio, y no es casualidad. Lo que tienen en común ambos casos es que no he podido resistirme a publicarlos, esperando que a quien los lea le resulten tan fascinantes como a mí (aquí el anterior).

Muchas veces, buscando temas curiosos para comentar, me cruzo con cuestiones que requieren más que un gráfico del mes. Como dirían unos buenos amigos, hace falta un poco de “verborrea” para explicarlas bien. Y es que, los 200 caracteres del Gráfico del Mes no son suficientes para capturar todo lo que quiero contar. Así que, aquí estamos, reutilizando esta introducción para contaros algo que, espero, os resulte interesante. Así que… ¡Al lio!

Hablemos del petróleo y su precio, o mejor dicho, sus precios, representados por la curva de futuros del Brent. Ésta suele ser un buen reflejo de las dinámicas del mercado de crudo, y que, en estos momentos, presenta una forma poco común.

La importancia del petróleo en el análisis macroeconómico

Más allá del interés técnico que pueda tener, la curva del petróleo es también una herramienta útil para leer señales macroeconómicas. El crudo sigue siendo una de las materias primas más influyentes sobre los precios globales, y sus movimientos tienen un efecto directo sobre la inflación. De hecho, las recientes caídas en el precio del petróleo ya están contribuyendo a aliviar las presiones inflacionistas en muchas economías. Por eso, entender qué nos dice hoy esta curva no solo ayuda a interpretar la situación del mercado, sino también a anticipar parte de las dinámicas inflacionarias que vienen.

Por ello, resulta especialmente interesante observar cómo ha evolucionado su forma. Habitualmente, la curva de precios de futuros del petróleo muestra una estructura en backwardation: los precios a corto plazo son más altos que los de largo, lo que refleja una demanda inmediata elevada y un coste de almacenamiento significativo. Sin embargo, la curva actual se encuentra en contango: los contratos más próximos cotizan alrededor de 60 dólares por barril, y los precios aumentan progresivamente hasta los 66 dólares hacia finales de la década. Este comportamiento ya es poco frecuente, pero lo que realmente llama la atención es la forma específica que ha adoptado.

Precios a futuro del Brent

petróleo Brent

Más que un simple contango, lo que observamos es una curva de precios con forma de “sonrisa”: ligera caída en el corto plazo, seguida de una subida más pronunciada a partir de 2026. Este patrón combina dos señales: una tensión inmediata —que sugiere escasez o presión en la oferta— y una expectativa de mayor disponibilidad en el futuro. Es una forma tan inusual que, en las últimas décadas, solamente ha aparecido en situaciones muy concretas.

La última vez que vimos algo parecido fue durante el colapso de la demanda en 2020, cuando la pandemia llevó a un exceso de inventarios y una brutal caída de la actividad económica. Entonces, el contango tenía cierto sentido: había petróleo de sobra y nadie quería recibirlo en el presente. Hoy, sin embargo, el entorno es muy distinto. No hay un shock global de demanda, ni una crisis de inventarios, ni una dislocación tan extrema en los precios. Y precisamente por eso, el perfil actual de la curva resulta tan llamativo.

Los factores que explican la estructura de la curva del Brent

La forma actual de la curva de futuros del Brent es el resultado de una compleja interacción de factores geopolíticos, económicos y estructurales. Comprender estos factores es esencial para interpretar las señales que el mercado está enviando sobre el presente y el futuro del petróleo:

En primer lugar, este comportamiento responde a una combinación de factores. Por un lado, pesan las decisiones de la OPEP+, que ha iniciado una reversión gradual de sus recortes voluntarios de producción, con un aumento ya confirmado de 411.000 barriles diarios a partir de junio, tras haber incrementado ya en mayo ese mismo volumen. Arabia Saudí y Rusia lideran esta estrategia con el objetivo de presionar a miembros como Irak y Kazajistán, que han estado produciendo por encima de sus cuotas. A esto se suman los retornos progresivos del crudo iraní y venezolano, que han aumentado la oferta, llevando la exportación de petróleo venezolano a máximos de los últimos años.

Por otro lado, las señales desde el lado de la demanda siguen siendo débiles, con un crecimiento modesto en muchas regiones y un consumo irregular, sobre todo en China. Ya que, en la última década, China ha sido uno de los principales motores de crecimiento de la demanda mundial de petróleo, concentrando más del 60% del aumento global entre 2013 y 2023. No obstante, su peso se ha reducido notablemente: en 2024, su contribución cayó por debajo del 20%, reflejando el impacto de la transición hacia vehículos eléctricos, la debilidad del sector inmobiliario arrastrado a la economía y un cambio estructural en el modelo de crecimiento.

En 2023, China consumió unos 16,6 millones de barriles diarios —aproximadamente el 16% de la demanda mundial—, pero las previsiones apuntan a una desaceleración progresiva. A este escenario se suma ahora la incertidumbre sobre el impacto que puedan tener los nuevos aranceles estadounidenses sobre una demanda de petróleo ya débil.

En segundo lugar, la reciente caída del Brent en abril —un 12%— refleja esta tensión. La abundancia relativa de crudo contrasta con la falta de un catalizador claro para una recuperación fuerte en la demanda global. Además, el conflicto geopolítico y la incertidumbre comercial, especialmente la guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos, han añadido más ruido al mercado.

A todo esto, se suma un cambio estructural de fondo: la transición energética. A medida que se consolida el movimiento hacia energías renovables y se limita el uso de combustibles fósiles, el petróleo va perdiendo su papel como activo de crecimiento estructural. Esto ha moderado las expectativas de largo plazo, y se refleja en la suavidad de la pendiente en los contratos más lejanos.

Comentarios finales

Aunque este post no pretende dar ideas de inversión, solo mostrar algo que me parece llamativo, en este contexto, el posicionamiento más prudente parece estar en los tramos intermedios de la curva, donde el mercado aún descuenta cierta recuperación. Esta zona ofrece un equilibrio interesante: permite capturar una mejora moderada en el precio del crudo sin asumir una visión excesivamente optimista.

No sé si la “verborrea” ha servido para aclarar o para complicar, pero el resumen es que la curva del Brent refleja un mercado en transición, donde conviven señales de déficit y superávit de oferta a corto y largo plazo, dudas sobre la demanda y un trasfondo estructural que redefine el papel del petróleo. Lo que nos lleva a un Brent con patrones poco habituales que yo no había visto en los libros del máster.

 


Este documento, así como los datos, opiniones, estimaciones, previsiones y recomendaciones contenidas en el mismo, han sido elaborados por Acacia Inversión SGIIC, con la finalidad de proporcionar a sus clientes información general a la fecha de emisión del informe y están sujetas a cambio sin previo aviso. Acacia Inversión SGIIC no asume responsabilidad alguna por cualquier pérdida, directa o indirecta, que pudiera resultar del uso de este documento o de su contenido. Está destinado a ser sólo de interés general y no constituye asesoramiento jurídico o fiscal alguno, ni constituye una oferta de participaciones de las IICs gestionadas por Acacia Inversión SGIIC. Nada de lo dispuesto en el presente documento debe interpretarse como un asesoramiento en materia de inversión. Las opiniones expresadas son propias del autor en la fecha de publicación y están sujetas a cambio sin previo aviso.



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