09 Feb Dando los primeros pasos en la Inversión Socialmente Responsable
Uno de los atributos que destacan nuestros co-inversores, como elemento diferencial de la filosofía de Acacia Inversión, es nuestra flexibilidad para adaptarnos a los cambios, en todos los ámbitos. Esta es una consecuencia natural de ser una “verdadera boutique financiera”. Desde luego, en los mercados financieros es clave, un ejemplo fue nuestra gestión durante los momentos más difíciles de la pandemia, de la cual se puede ver un resumen en el siguiente vídeo:
La flexibilidad también está presente en el modelo de relación con nuestros clientes e inversores, sin intermediarios e intentando dar respuesta ágil a sus necesidades mediante un modelo de co-inversión.
Y por supuesto, flexibilidad para adaptarnos a la profunda transformación que estamos viviendo en el ámbito de la gestión de activos: la gestión pasiva, la desbancarización, las nuevas tecnologías… Quizás el cambio más destacado sea el relativo a la Inversión Socialmente Responsable, más conocido por sus siglas ISR, la cual es fruto del intenso cambio que estamos presenciando en nuestra sociedad en cuanto al aumento de la conciencia social y de nuestra relación con el medio ambiente.
La Sostenibilidad está cambiando claramente los mercados financieros. El entorno en el que operan las empresas es muy diferente al de hace no muchos años. El cambio climático, la escasez de recursos naturales, la contaminación y las condiciones laborales en los países emergentes, son tendencias que afectan a empresas y consumidores, además de brindar oportunidades para nuevos mercados. Pero a su vez también representan riesgos, ya que están afectando al entorno regulatorio, alterando el comportamiento de los consumidores, y en muchos casos, incrementando los costes de producción de las compañías.
Fuente: esgclarity.com
En Acacia Inversión queremos ser parte de esta transformación y poner nuestro granito de arena en la sostenibilidad, por eso estamos empezando a dar nuestros primeros pasos en el mundo de la Gestión Socialmente Responsable. Dentro de este proceso, nuestra primera actuación ha sido adherirnos a los Principios de Inversión Responsable de las Naciones Unidas (UNPRI).
La iniciativa UNPRI reúne a todo tipo de expertos dentro del sector de la inversión, a organizaciones intergubernamentales y a miembros de la sociedad civil, con el fin de fomentar la colaboración y el aprendizaje sobre las implicaciones de las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en la actividad financiera y de inversión. El objetivo último es la incorporación de estos elementos en la toma de decisiones financieras.
Los Principios de Inversión Responsable (PRI) se lanzaron en abril de 2006 en la Bolsa de Valores de Nueva York. Desde entonces, el número de signatarios ha aumentado de 100 a más de 3000.
Fuente: UNPRI Annual Report 2019
El crecimiento casi exponencial de este tipo de inversión se puede apreciar en el siguiente gráfico. En él se observa el número de entidades adheridas a UNPRI (en naranja), de las cuales se desgranan las gestoras de inversiones (en morado), los activos bajo gestión de las sociedades adheridas a UNPRI (en azul) y de estos últimos, los activos que tienen carácter sostenible (en azul claro).
Fuente: UNPRI
A esta adhesión a UNPRI por parte de Acacia Inversión hace referencia el título de este artículo y esos “primeros pasos”. Somos conscientes de que este tipo de inversión aún no está generalizada entre los clientes, razón por la cual el resto del artículo pretende hacer de guía para que puedan dar también sus “primeros pasos” con nosotros. De ese modo, intentaremos dar unas pinceladas sobre el tema, aclararemos conceptos básicos y pondremos algunos ejemplos de Inversión Socialmente Responsable (ISR).
En primer lugar, explicaremos las diferencias conceptuales que existen entre los denominados “criterios ASG” (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) y la “inversión ISR”.
Muchas veces ambos conceptos se confunden, la razón principal es que el análisis ASG surge dentro de la ISR como una herramienta para identificar y medir los factores de sostenibilidad de las inversiones. De tal forma, los criterios ASG son una herramienta de gestión mientras que la inversión ISR es, propiamente, un estilo de inversión. Así, no debemos confundir una parte con el todo.
Asimismo, el uso de criterios ASG no es una herramienta exclusiva de la Inversión Socialmente Responsable, al contrario, es una herramienta que está empezando a implementarse en términos generales, en el mundo de la gestión de activos, complementando al análisis financiero tradicional, ya que el mismo contribuye a mejorar el binomio rentabilidad/riesgo, según muchos estudios.
Igualmente, la ISR puede llevarse a cabo con criterios ASG o no. De ese modo algunas estrategias ISR no necesariamente complementan su análisis financiero con esta herramienta, como comprobaremos a continuación. Pasemos ahora a analizar posibles estrategias ISR:
1) CRITERIOS ASG – EXCLUSIÓN
Debemos comenzar acabando con la creencia que tienen muchas personas, las cuales identifican la sostenibilidad exclusivamente con aspectos medioambientales (las energías verdes, el reciclaje, los recursos naturales, etc.), ya que este concepto también hace referencia a elementos de índole social y de gobernanza, de ahí el nombre ASG (o ESG, sus siglas en inglés, Environmental Social Governance).
Dentro de los criterios sociales podemos nombrar la diversidad, la inclusión o la no discriminación por motivos de género, raza u orientación sexual. Ejemplos de gobernanza son la diversidad de género en los consejos de administración de las compañías, la promoción de la salud y el bienestar de los trabajadores, así como la implantación de condiciones laborales justas por parte de las empresas.
Fuente: RobecoSAM
Una primera aproximación a la ISR es aplicar criterios de “exclusión” a la hora de identificar y seleccionar compañías. El criterio de exclusión es la estrategia de inversión en sostenibilidad más antigua y la más adecuada para los inversores que buscan gestionar su riesgo reputacional. Este tipo de estrategias excluyen a determinados sectores, empresas o países del universo de inversión con el fin de evitar lo que se consideran prácticas y productos controvertidos desde un punto de vista ASG. Muchas estrategias basadas en la exclusión evitan invertir en empresas de ciertos sectores como las tabaqueras, la industria armamentística, las que se dedican a los juegos de azar o a la pornografía.
Un ejemplo práctico sería una estrategia que excluya las inversiones en combustibles fósiles. Ésta dejaría fuera de la cartera a compañías de carbón térmico (fuente más contaminante en el mix energético global) y arenas petrolíferas (muy intensivas en carbón en la producción de crudo). Aquellas compañías que generen un X% o más de sus ingresos del carbón térmico o de arenas petrolíferas serían retiradas de las carteras por sus gestores al aplicar estos principios.
Este enfoque excluyente de factores que “incumplen” criterios ASG es, por tanto, una de las formas de llevar a cabo una Inversión Socialmente Responsable, pero existen otras modalidades cuyo auge y crecimiento van en aumento, tales como la inversión temática, la inversión de impacto y la inversión “best in class”.
2) CRITERIOS ASG – BEST IN CLASS
Si bien las estrategias de exclusión adoptan un enfoque negativo, el enfoque “best in class” consiste en seleccionar aquellas compañías que mejor gestionan sus riesgos y oportunidades ASG en cada sector. Conocida como “screening positivo”, implica elaborar un rating según criterios ASG, donde las empresas mejor puntuadas dentro del universo de inversión entrarán a formar parte de la cartera definitiva. Estas estrategias se basan sobre la premisa de que es probable que las empresas con las mejores prácticas ASG superen a largo plazo a su competencia.
Por ejemplo, una empresa del sector energético que tenga en cuenta políticas de impacto con el medio ambiente se enfrentará a menos sanciones en el futuro por contaminar. Los mejores comportamientos ASG de su clase también pueden impulsar sus ganancias, por ejemplo, empresas con una sólida reputación de marca para liderar el camino en la responsabilidad es probable que atraigan y retengan más clientes que sus “competidores no ASG”.
3) INVERSIÓN DE IMPACTO
La inversión de impacto implica realizar inversiones deliberadamente con el objetivo de crear un impacto beneficioso medible en el medio ambiente o la sociedad, además de obtener un rendimiento financiero positivo. Si bien este enfoque tiene su origen en los filántropos privados, a diferencia de estos, son inversiones que buscan un retorno de capital positivo. Además, el beneficio social medioambiental que generen debe ser cuantificable y medible. Es decir, si no hay impacto social o medioambiental, no se invierte.
Tradicionalmente se ha considerado un concepto muy de nicho centrado en las microfinanzas, en el capital riesgo y en la financiación de proyectos. Sin embargo, en los últimos tiempos se aplica cada vez más a los activos cotizados, incluyendo renta variable y renta fija (más adelante veremos un ejemplo).
La inversión de impacto ha ganado mayor protagonismo en los últimos años gracias al lanzamiento en 2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas: una serie de objetivos con el propósito de poner fin a la pobreza mundial para 2030. La iniciativa, impulsada por Naciones Unidas, nació para dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
Suman un total de 17 objetivos y 169 metas propuestos como continuación de los ODM, incluyendo nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz y la justicia.
Fuente: ONU
Los inversores de impacto están teniendo y tendrán un papel importante que desempeñar para garantizar que se cumplan los ODS y para construir un futuro sostenible.
Un ejemplo de inversión de impacto son los denominados bonos verdes. Un bono verde es cualquier tipo de bono cuyos fondos se destinan exclusivamente a financiar o refinanciar proyectos verdes, ya sean nuevos o en funcionamiento.
Estos proyectos se pueden agrupar en diferentes categorías: energías renovables, edificios ecológicos, transporte limpio, gestión sostenible de los recursos naturales, etc. Los emisores de estos bonos verdes pueden ser compañías privadas o gobiernos. Además, deben estar alineados con los Green Bond Principles (GBP), que promueven la integridad del mercado de bonos verdes a través de directrices que recomiendan transparencia, publicidad y reporte de informes.
El primer bono verde se emitió por el Banco Mundial en 2008 como consecuencia de la petición de un grupo de fondos de pensiones suecos que, preocupados por el cambio climático y el calentamiento global, buscaban una solución para invertir en la preservación del clima. Desde entonces se han emitido miles de millones de euros bajo este formato y comenzamos a ver emisiones de bonos azules, cuyo objetivo es preservar los océanos, y bonos de impacto social, cuyo fin es financiar programas sociales innovadores y de impacto.
Fuente: www.environmental-finance.com
Otra forma de realizar inversión de impacto es a través del popular engagement (o activismo accionarial), mediante el cual los inversores, normalmente fondos de inversión o planes de pensiones, emiten propuestas para la mejora sostenible de las compañías y que dichas recomendaciones redunden en una mayor rentabilidad para los accionistas y partícipes.
Habitualmente los foros elegidos para emitir dichas propuestas son las Juntas de Accionistas e incluso los Consejos de Administración de las propias compañías.
4) INVERSIONES TEMÁTICAS
Por último, nos gustaría señalar que, dentro de la Inversión Socialmente Responsable (ISR), las inversiones temáticas están gozando cada vez de una mayor presencia. Así lo recoge una encuesta realizada por Eurosif (Foro Europeo de Inversión Sostenible), quien asegura que se trata de una de las estrategias de mayor crecimiento.
Estas estrategias invierten en empresas que ayudan a resolver problemas relacionados con temas específicos vinculados a la sostenibilidad. Normalmente son compañías pioneras en innovación, que utilizan sus recursos de una manera más eficiente que sus competidores y que abordan desafíos de sostenibilidad en áreas como la energía, los recursos naturales, la agricultura, la salud, etc…
Una idea temática que se repite en varias estrategias sostenibles es la gestión de un recurso escaso y vital como es el agua. La demanda de agua en el mundo tiene una tendencia creciente, ya que cada vez se necesita más para la agricultura (el 70% del consumo de agua a nivel mundial procede de actividades agrícolas), la industria y el consumo humano.
El creciente e incesante éxodo que ha experimentado la población a nivel global desde las zonas agrarias hacia las grandes ciudades también ha multiplicado la necesidad de acceso al agua de manera recurrente y con una mayor calidad.
Una estrategia con esta temática invierte en acciones de compañías relacionadas con el agua, ya sea en el suministro, tratamiento, infraestructuras, etc.
Esta temática tiene una alineación muy importante con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, fundamentalmente con el número 6, que está ligado a la calidad del agua y al saneamiento. Algo que como podemos comprobar en el siguiente gráfico, se está transformando en una cuestión urgente y global.
Como habrán podido observar, el mundo de la Inversión Socialmente Responsable está experimentando un gran impulso. En el caso de España, se encuentra en una etapa incipiente, tanto en su adopción generalizada por parte de las entidades de gestión de inversiones y su exigencia por parte de los inversores, como en lo referente a una mayor sofisticación de las propias estrategias de inversión.
Pero no todo vale. Como ya hemos comentado, en Acacia Inversión nos alineamos con la Inversión Socialmente Responsable (ISR) siempre que se realice con transparencia, con las herramientas necesarias y no sólo por una cuestión de marketing, como ya hemos detectado en algunas ocasiones.
Verdaderamente está habiendo una transformación muy positiva de las compañías en cuanto a su relación con el planeta y con la sociedad, pero en estos momentos sólo unas pocas gestoras tienen imbuidos al 100% este tipo de inversión y presentan carteras 100% socialmente responsables.
Asimismo, queremos apuntar un segundo inconveniente: los sesgos en las carteras a los que pueden llevar este tipo de inversión, sobre todo si no se cuenta con unas herramientas, medidas y recursos suficientes para analizar compañías y negocios. Para poder visualizarlo, les ponemos un ejemplo: las empresas grandes, con más medios tecnológicos y con mayor poder económico, tienen más posibilidades de estar en carteras cuyos scorings de selección no son los adecuados. En cambio, una empresa pequeña de un sector que históricamente ha contaminado medioambientalmente, que no tiene recursos para tener un departamento que trate estas nuevas indicaciones pero que, por otro lado, año a año, introduce cambios en su gestión para progresar en un menor impacto medioambiental, no aparecerá en ciertas carteras y, por lo tanto, será apartada del universo de inversión de los gestores.
En definitiva, en Acacia Inversión, a la vez que estamos comprometidos con el medio ambiente y con la sociedad (previo análisis para evitar dejarnos llevar por las modas y tendencias), seguimos enfocados en la generación de las mejores alternativas de rentabilidad financiera para nuestros co-inversores.
Por último y en este sentido, informarles que hemos llevado nuestro compromiso con la Inversión Socialmente Responsable también al área de la formación. El equipo de gestión optará a títulos oficiales en la materia como parte de nuestra política Acacia Certificada (“Nuestra profesionalidad no sólo se basa en la experiencia. Todos los miembros del equipo poseen certificados que ratifican su conocimiento”). Así, parte de nuestro equipo de gestión tiene previsto examinarse del título “Certificate in ESG Investing” del CFA Institute y algunos gestores de patrimonios lo haremos de la Certificación en Asesoramiento en Finanzas Sostenibles de EFPA.
Damos un firme paso adelante, pero como hacemos todo, con la convicción de hacer las cosas de otro modo y no por moda.
Este documento, así como los datos, opiniones, estimaciones, previsiones y recomendaciones contenidas en el mismo, han sido elaborados por Acacia Inversión SGIIC, con la finalidad de proporcionar a sus clientes información general a la fecha de emisión del informe y están sujetas a cambio sin previo aviso. Acacia Inversión SGIIC no asume responsabilidad alguna por cualquier pérdida, directa o indirecta, que pudiera resultar del uso de este documento o de su contenido. Está destinado a ser sólo de interés general y no constituye asesoramiento jurídico o fiscal alguno, ni constituye una oferta de participaciones de las IICs gestionadas por Acacia Inversión SGIIC. Nada de lo dispuesto en el presente documento debe interpretarse como un asesoramiento en materia de inversión. Las opiniones expresadas son propias del autor en la fecha de publicación y están sujetas a cambio sin previo aviso.
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